sábado, 6 de octubre de 2018

24. Ajeno


 


 

Miró alrededor y se sintió abrumado por el peso de “sus” ideas: inconscientemente se sentía en deuda con todos aquellos que sugerían lo que debía hacer con su vida.

En su titubeante andar se podía ver la inseguridad propia de aquel trabajador que cumple las órdenes del jefe sin creer en su objetivo, solo para ganarse el sueldo.

¿Cómo puede ser que ande por la vida con zapatos ajenos? ¿Quién puede saber lo que es mejor para uno, más que uno mismo?

Esas preguntas desataron los zapatos (entre otras cosas) y se aventuró a un camino sin huellas, decidiendo que no hay destino: solo camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario