Durante el día lo acompañaba una sensación que ya formaba parte de su piel: creía que no era capaz de superar las circunstancias que estaba viviendo. Entonces se preocupaba por aprender a resolver lo que estaba viviendo cuando, en realidad, solo tenía que disfrutar de la película que veía e interpretaba a la vez.
La sola idea de tener que ser algo
diferente para poder ser feliz, lo sometía a vivir en una realidad paralela
creada por su propia imaginación (creyendo que las cosas suceden
aleatoriamente). Pero todo se sucedía debido a infinitas e inalterables causas
ajenas a él.
Pensó en lo grande que es el
universo.